Hola Soy Andrea (fuegoirlandes_cetogenica en IG)

Siempre fui de subir y bajar de peso, me hice una manga gástrica y pensé que todo iba bien hasta que empecé a «engordar» solo mi abdomen. Así comienza mi historia de sanación cuando el 2 de enero del 2013, después de 2 meses de indigestión y yendo de un médico a otro, comienzo con una hemorragia rectal. Diagnóstico: anemia severa por colitis ulcerosa crónica idiopática (CUCI). Tratamiento: corticoides, inmunosupresores, mesalazinas y nada funcionó. Con casi 30 kilos más por el exceso de corticoides me hice resistente a ellos y ya no había nada más que hacer. En el 2015 debía operarme; aunque no me lo dijeron en ese momento, mi vida estaba en riesgo. En el hospital público no hacían nada, sólo me hicieron 1 transfusión de pie por falta de camillas y me inyectaban más corticoides dejándome hospitalizada con más de 1000 de glicemia y ciega.

Así fue como perdí mi intestino grueso y luego de 3 operaciones estuve reconectada de nuevo para hacer mi vida normal. A pesar de ver a una nutrióloga, solo recibía suplementos y medicamentos que en un mes me dañaron el hígado. Mi dieta era arroz, papas y fideos. Llegué a dejar de comer para no ir al baño y para no engordar. Ya no sabía que hacer.

Probé cosas por mi cuenta, ya que después de 7 meses nada hacía presagiar que mi intestino delgado comenzaría el mismo destino que aquel que ya había perdido. Seguí intentando tratamientos cambiando mi alimentación por otras cercanas a keto que igual utilizaban procesados y a los 10 días volvía a mi segunda casa (el baño). Hasta que en septiembre del año 2020 vi un reto: «4 días sin azúcar». «OK» dije, «intentemos esto». Después de 6 años, al cuarto día logré dormir 3 horas seguidas en una noche, fue revivir.

Así me informé de la dieta keto poco a poco. En un grupo de Facebook conocí a una doctora argentina que me indicó buscar ayuda. «No podrás sola» dijo, ya que necesitaba algo para la fatiga extrema que tenia, no llegaba a mis proteínas y eso me estaba afectando. La fibra también pasó a ser un problema. Nuevamente otra doctora y nutricionista, una semi buena experiencia. Falta mucha capacitación profesional que comprendan los problemas intestinales de muchas personas; es el gran problema en nuestro país. Somos un mundo a parte y distinto, tengo la mitad de mi estómago y sin intestino grueso, alérgica a casi todos los medicamentos, un verdadero caso para Dr House. De esta experiencia saqué 2 cosas positivas, suplementos ortomoleculares que lograba absorberlos y empezó una lluvia de una misma palabra: EMOCIONES, amigos, nutricionista, familia, vecinos. Ya me estaba asustando que todos decían esa palabra.

Así fue como en enero de este año (2021) me hacen exámenes: inflamación; la sombra de una nueva enfermedad: Chron. Me recomendaron usar inmunosupresores a los cuales me negué, ya que no funcionaron en mí la primera vez, dejándome sin voz y babeando 1 mes. No me declaran Chron por que no tienen certeza. Estuve un mes, pensando que haría. Continué pensando «tu tema ya no está solo en la alimentación». Así fue como con alimentación, ejercicio, y sesiones de reconectividad, que con esta última logré llegar a la raíz del por qué enfermé. En gran medida estas 3 han logrado comenzar a cerrar este círculo de sanación. Si no tenemos estas 3 partes siempre habrá un desequilibrio.

Hoy veo una mejoría mes a mes, sigo estudiando, sigo buscando y sigo aprendiendo a manejar mis emociones que se vieron afectadas por un suceso a los 6 años de edad que yo creí que no me había afectado. Ser golpeada por la persona que me cuidaba mientras mis padres no estaban no sólo dejó marcas en mis conductas, sino que cambió mis hábitos alimenticios y logró que explotara mi intestino al no poder manejar el estrés.

Si de pequeños manejáramos esos 3 tópicos muchos no estaríamos enfermos. Ojalá les sirva mi experiencia para que busquen su sanación integral.

Hoy sigo en esta lucha y volví a realizar lo que más amo: cocinar. Así le di un sentido a mi Instagram de cocina, lo tomé como un reto para mostrar que se puede cocinar keto y lowcarb de manera espectacular y cada día más feliz. No importa que aún no esté al 100%, lo importante es avanzar, seguir aprendiendo y sanando.

Tuve una segunda oportunidad para crecer, para vivir sin temores, a comer sin miedos, a no sentir rechazo a los alimentos, ni a las personas. Lo que reflejas con esas conductas es más profundo de lo que uno cree.

Hoy SOY FELIZ, me encuentro bien, sigo bajando de peso, va mejorando mi problema intestinal solo por alimentarme bien, ejercitarme y trabajar en mis emociones. No hay nada más que pueda pedir en esta segunda oportunidad de vida.

Las fotos que envió son del 2015 antes de operarme y dejar los corticoides – 2020 comenzando keto – 2021 18 kilos menos y más, ya que no tenía pesa cuando partí (me pese al mes después)

2 comentarios en «T#42: alimentación, ejercicio y emociones»

Responder a Marisol Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *